lunes, 13 de diciembre de 2010
Te regalo porque así tiene que ser
sábado, 4 de diciembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
martes, 10 de agosto de 2010
Venga a nosotros la ironía
Hola, soy del mundo de los excluídos.
Mucho gusto.
Supe que le pertenecía cuando frases como “vos sos una mina en serio”, “tu amiga es re copada” (en referencia a mi persona) y la más recientemente adquirida “un hombre puede ser también un hobbie” (quizás un hobbie aburrido, ojo) vinieron a mí para instalarse, ases bajo mi manga. A la pregunta de cualquier familiar acerca de algún candidato en vista, hago un pase de magia, elijo el naipe acorde a la persona y me escurro por la tangente sin decir nada en concreto. ¿Cómo explicar...?
Se preguntarán dónde queda mi humilde morada, si se venden paquetes de pasajes con cena incluída en un hotel 3 estrellas y qué lugares ofrece para visitar. El nombre suena prometedor, lo sé. Atentos, que es un viaje de ida nomás. Mas sepan disculpar las molestias; no tiene localidad física. No es una categoría económico social. No estamos en la base de la pirámide. Digamos que se parece a una categoría filosófico-existencialista. Estamos ajenos a nosotros mismos. Es una forma de ser y estar en el mundo. Elecciones de vida y trabajo introspectivo de años para alcanzar nuestro ideal, nuestro mejor yo sin saber que terminamos acá. A veces me quejo; pareciera que tanto trabajo desemboca en la nada misma. No podría describirlo exactamente así. De este lado del mundo, ¡estamos tan orgullosos de los resultados de nuestro arduo perfeccionamiento...! Nos andamos pavoneando con nuestras colas de colores radiantes. Qué linda que me quedó la moral, viejo. La bondad me hace brillar las plumas. La comprensión son todos estos ojos en la punta de mis plumas que te miran con cariño. Entre nosotros encajamos de manera perfecta. Como cada minoría, nosotros tenemos nuestro propio radar y casi casi que nos olemos cuando nos cruzamos, incluso en ambientes que no solemos frecuentar.
Paradójicamente, encuentro entre nosotros falta de sincronía. Nuestras relaciones no fluyen como uno imagina que deberían en seres con estos rasgos. En mi fuero interno, apuesto que es por los incluídos que se filtran entre nosotros; simulan que son transparentes, abiertos y honestos y hacen mutis por el foro cuando ven que realmente no es fácil enarbolar el pabellón cual cartel luminoso de leds en la frente que reza: “Excluído”. Sosteneme esta coherencia en alto, te lo pido por favor.
A veces, los excluídos no nos aguantamos ni a nosotros mismos. Daríamos todas las conexiones neuronales que nos hacen ver más allá de la estupidez humana para ser más como eso-que-no-somos y para, seamos brutalmente honestos que tan bien nos queda, pasarla bien en la más completa ignorancia. Ignorar que efectivamente hay vida más plena cuanto más nos conocemos con ojos cerrados y cuanto más aprehendemos de lo que llamamos mundo circundante. Es inútil intentarlo, lo sabemos a ciencia cierta y sin embargo no podemos evitar caer en la desesperación de tanto en tanto. Ni inmortales, ni perfectos.
Estamos encerrados en nuestro propio laberinto de coherencia entre loquedecimosyloquehacemos. Hay una catástrofe bíblica en nuestro interior cuando en pos de adquirir experiencia tropezamos con nosotros mismos estallándonos en la cara. Este lío, sin duda, no tiene un ápice de encantador.
Meditamos acerca de nuestras acciones y considerar al otro como objeto no cuadra con nuestros ideales. Un hombre por hobbie, ¿en qué idioma me estás hablando que no te entiendo? Cuando te beso y me aburrís, es que me fui, ¿entendés? Que no hay nada de mí humanidad en juego. Para objeto, comprate una mujer inflable que la podés armar a tu gusto. Yo retomo el camino que me lleve a mí misma.
Y cuando me dicen que soy una mina en serio yo me hallo preguntándome las ventajas de este temita de ser en serio y de no ser tan de a de veras. Si el mundo fuera lógico (nótese el condicional), a más mina en serio, más posibilidades de crecer en serio con alguien, ¿no? La experiencia empírica nos demuestra que la relación es inversamente proporcional. Los consejos abundan y todos son ir en contra de lo que somos en pos de ser más incluídos. Ergo, todos mis años de trabajo introspectivo quedan reducidos a naderías. El sacrificio de ser menos yo es simplemente irreconciliable con cualquier propuesta. Dejame que me quedo con la guitarra, los libros y la introspección que si tengo que lidiar conmigo misma en debacle no quedan estructuras en pie.
Hola, soy del mundo de los excluídos.
Mucho gusto.
¿Te intimido?
jueves, 5 de agosto de 2010
Mucho gusto.
jueves, 1 de julio de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
viernes, 12 de marzo de 2010
Pueblo límite
Parada sobre el filo del límite que __________ (elegir). Conjugar el verbo en el tiempo adecuado al aquí y ahora. Tentada por vez primera, coqueteo con la idea. A veces, con un pie dentro del continente y el otro fuera, pendiendo en el vacío. Balanceándome sin saber si voy a caerme o lanzarme, cuestionando el paradigma reinante que postula que el mundo es plano y está sostenido por cuatro tortugas gigantes. Es el camino sin retorno: no puedo sujetarme con los dedos del borde y soltar de a poco, repensar la idea mientras barajo opciones y transcurre el tiempo que podría modificar las reglas del juego. ¿Lanzarse de espaldas para observar lo que se abandona o boca abajo, expectante por lo que vendrá? El vértigo es saber que después de la inspiración me espera el piso, que voy a estrellarme.
No necesito nombrarte. O saber si sos. Sólo sentirte. Este es ese por qué cuya respuesta no me importa.
Mi sangre late espesa, pujante. Llevo mi mano a mi pelo para acomodarlo detrás de mi oreja, a la altura de mi sien, para ganar tiempo, ¿quizás esconderme? Pestañeo leve y lento para abrir, de una vez por todas, los ojos. Elevar los párpados ante lo nuevo. Cimbronazo a mi estructura por juntar tanto latir en mi punto sensible y rector; se prende la mecha de las sensaciones. Paradójicamente tirito ante estas moléculas que se aceleran aumentando la temperatura interna. Chocan confines antes anónimos y gobierna ese silencio que hace una estrella al estallar en el medio de la galaxia. Finalmente, se consume mi pabilo de manera estrepitosa, lanzando ínfimas chispas al aire, desbaratando la parafina que se condensaba alrededor de él. Estoy despabilada. Como recién amanecida después de 12 horas de sueño profundo que se ve interrumpido de repente sin despertador mediante. Irrumpe la incertidumbre de quien se sabe sin eje, dando la espalda a la estructura y abriendo las puertas a todopuedeserpuesloquedebaser,será.
El vértigo es saber que después de la inspiración me espera el piso, que voy a estrellarme. Parada sobre el filo del límite que elegía (elegir).