Una gota de helado de crema
americana cae sobre el dorso de su mano cuando ella le cuenta con ojos brillantes
de su pasión. Él roza con su índice distraídamente la mancha y se lame el dedo,
divertido mientras la escucha, asintiendo durante el relato. Nada vuelve a ser
tan íntimo y espontáneo como ese instante compartido de su primera cita.
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