Querido Roto,
Desisto de tu arribo.
Pensarte por tanto tiempo ha sido
fantástico porque en mi mente nos hemos divertido y hemos crecido
mucho. La realidad son espejitos de colores y me devuelven un reflejo
que no me convence. Entendeme: le vengo pidiendo a San Google un
traductor de metafórico a literal hace rato y aún no lo
desarrollan. Y quedo fuera de juego incluso antes de empezar a jugar,
¡estas reglas no las quiero entender! No quiero entender estos
manejos emocionales grotescos en cualquier relación humana, la
necesidad de crear problemas porque hay aburrimiento, las
negociaciones para ver quién se lleva la mejor tajada.
Yo le estoy pifiando, Roto. Yo no soy
de tu palo. Yo quiero cuándos, cómos, y dóndes. Y te encantan los
peros, los tal vez y los no sé.
Chau, Roto! Gracias por todo!
Marianela.